En esta semana nos enteramos de que en una playa de Maldonado hay un grupo de particulares que se dedica a detener y castigar a presuntos delincuentes, con aparente anuencia de la Policía. Las alarmas que enciende este fenómeno son el objeto de nuestro editorial.

También recibimos en estos días una serie de análisis sobre la magnitud de la pobreza infantil en nuestro país, que se contrasta con otros indicadores históricos.

Supimos en esta semana que, para un grupo de expertos de la ONU, el manejo de la crisis hídrica del gobierno vulnera el derecho fundamental a recibir agua potable, y que, además, “crea un riesgo de privatización de facto del agua para el consumo humano, obligando a la población a comprar agua”. La cancillería trató de responderles. Por suerte, en estos días llovió, lo que permitió acumular reservas de agua y mejorar su calidad.

Asimismo, se nos recordó en estos días que, aunque estamos lejos de las zonas de contacto entre placas tectónicas, nuestro país puede ser afectado por sismos de intensidad atendible.

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