Buen día. Estos son algunos temas que nos ocuparon en los últimos días.
El presidente Luis Lacalle Pou estrenó la prerrogativa que le confiere su cargo de anular una decisión del Poder Legislativo: el viernes invalidó el proyecto de Ley Forestalque había sido aprobado con los votos de la oposición frenteamplista y de Cabildo Abierto.
Como este partido integra la coalición gobernante y fue el impulsor de la iniciativa, el veto presidencial generó malestar en la interna oficialista y especulaciones fuera. Para el expresidente Julio María Sanguinetti, no es un tema menor que Lacalle haya debido recurrir a ese mecanismo excepcional para frenar un proyecto de ley de uno de sus socios en el gobierno. El propio presidente recibió al contrariado Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto, para explicarle personalmente las razones de su veto –la “libertad” asociada a la “actividad privada” retornó al discurso de Lacalle–, aunque un poco antes había buscado restarle trascendencia al asunto: “Tiendo a desdramatizar este tipo de cosas”, dijo.
De modo similar, Robert Silva, presidente de la Administración Nacional de Educación Pública, debió salir a “desdramatizar” la situación de Jenifer Cherro. Como saben, la directora general de Educación Secundaria decía poseer un título de posgrado que en realidad no era tal, hasta que una investigación de nuestro compañero Facundo Franco la obligó a modificar la información en su currículum.
También el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, salió en defensa de Cherro. El jerarca, que parece haber adquirido la capacidad de expresar en voz alta asociaciones inconvenientes para sus propios intereses (en un seminario reciente se refirió irónicamente al gobierno como “una manga de perversos que se levanta todas las mañanas pensando de qué manera pueden destruir con más eficacia la educación uruguaya”, según recogió Búsqueda), dijo que el error de Cherro no puede compararse con el del inexistente título del ex vicepresidente Raúl Sendic.
Esta es la segunda metida de pata formal de Cherro –la sumamos a sus afirmaciones sobre la genética de los inmigrantes en Colonia–, y ocurre en un momento muy delicado, porque, mientras las autoridades intentan comenzar a presentar una reforma de programas de estudio, los conflictos con los docentes siguen en aumento. Por mencionar sólo novedades surgidas esta semana, la persecución de profesores sindicalizados motivó una denuncia gremial ante la Institución Nacional de Derechos Humanos, y ante la amenaza a la libre expresión del colectivo, ex profesores se organizaron para transmitir las preocupaciones del sector sin padecer posibles represalias de las autoridades.
Cherro, que además enfrenta una demanda de ex jerarcas de la educación, probablemente sea convocada por el parlamento y no son sólo legisladores de la oposición los que hablan de su apartamiento del cargo.
No cabe duda de que el de la educación es un campo tensionado, y en las últimas horas tuvimos un emergente de esa tensión que mezcla propaganda “a lo troll” y humor involuntario, cuando un grupo de usuarios en redes dijo escuchar “¡Viva el Frente Amplio!” durante un acto escolar en el que en realidad el docente gritó “¡Viva sexto año!”. El incidente recuerda a aquel en el que otros oídos conservadores escucharon un blasfemo “bienvenides” de la boca del dirigente nacionalista Pablo Iturralde.
Casi hacia el final, les recuerdo que este domingo estaremos pendientes de lo que ocurra en Chile en las próximas horas, cuando se elija al próximo presidente del país entre un candidato de izquierda y otro de derecha extrema. Lo que ocurre en Chile, que fue vanguardia de la izquierda democrática en el continente, despierta interés en todo el hemisferio. Algunos dirigentes locales, como el ex presidente Luis Alberto Lacalle Herrera, padre del actual presidente, decidieron intervenir en una elección cuyo desenlace resonará en la región.
Ya cerrando, les recomiendo esta entrevista con el director regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Ignacio López Calva, porque brinda elementos para comprender cuáles fueron los logros del “ciclo progresista” en la región, por qué fueron insuficientes para que continuara en estos años y de qué manera podrían retomarse.
Hasta la próxima.