“La espalda de Ancap se terminó”, dijo el presidente Luis Lacalle Pou el domingo, y el miércoles aumentó el precio de los combustibles, con lo que en 2022 la nafta viene subiendo 15% y el gasoil, 30%.

El precio del combustible es uno de los factores que incide en la inflación, que sigue superando las proyecciones que había hecho el gobierno y contribuye a la continua pérdida de poder adquisitivo de la mayoría de la población.

Aunque las exportaciones aumentan, se detuvo la mejora de los indicadores de empleo y los exportadores ven una conexión entre esto y la depreciación del dólar.

En otro frente, hay récords de homicidios, y el barrio montevideano de Peñarol se ha vuelto un recordatorio alarmante sobre la falta de resolución del problema.

Es muy posible que estas tendencias de la economía y de la seguridad pública incidan en la caída de popularidad del gobierno que registran distintas mediciones.

El jueves, el presidente llevó al núcleo del herrerismo gobernante a la estancia de Anchorena, donde durante dos días se consideraron “insumos cuantitativos y cualitativos sobre algunos temas de gobierno y percepción de la gente”. Al parecer, “negarlo todo” estaría dejando de ser una opción viable ante los diversos problemas sociales que la pospandemia ha dejado al descubierto.

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