Desde el sábado, Yamandú Orsi es el presidente de Uruguay. Al mediodía prestó juramento ante la Asamblea General, autoridades extranjeras y exmandatarios, entre entre otros invitados, y dio un discurso en el que resaltó la excepcionalidad uruguaya y anunció que buscará restablecer el equilibrio entre la libertad y la igualdad, con énfasis en el bienestar colectivo.

Del Palacio Legislativo el presidente y la vicepresidenta, Carolina Cosse, se trasladaron hacia la plaza Independencia por Avenida del Libertador, donde los aguardaban miles de personas. En el camino, detuvieron la marcha del auto eléctrico que los transportaba para acercarse a saludar a integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.

En la plaza los aguardaba el mandatario saliente, Luis Lacalle Pou. Tras recibir la banda presidencial, Orsi volvió a hablar, esta vez dirigiéndose a la multitud convocada, y tocó, entre otros asuntos, el de la vinculación del origen de Uruguay con la historia de la región, así como el de los desafíos que lo esperan como gobernante.

Luego de hablar, el presidente se dirigió al Palacio Estévez y, junto a su familia, saludó a quienes lo vitoreaban desde la plaza Independencia, para luego recibir a numerosas delegaciones extranjeras.

Si bien el presidente y la vicepresidenta ya asumieron, los ministros lo irán haciendo esta semana, después del feriado de Carnaval.

A la lista de problemas pendientes que deberá enfrentar el gobierno entrante, en estos días se le sumó el de una demanda millonaria contra el Estado.

Orsi asume con números favorables, según distintos sondeos de opinión pública: 44% de la población cree que el suyo será un buen gobierno y él cuenta con una simpatía del 62%.

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