Buen día. Los invito a repasar algunos temas que nos ocuparon en los últimos días.
Pensábamos que el coronavirus se retiraba lentamente, y esa era (o es) la sensación imperante, si se atiende a los preparativos para la temporada turística, apertura de fronteras y megafinales en el Centenario. Sin embargo, las noticias que llegan sobre las perspectivas en Europa, donde hay índices de vacunación similares a los nuestros, tienen en alerta a los especialistas locales.
Pero desde afuera no llegan sólo malas noticias sobre el coronavirus. Los laboratorios Merck y Pfizer ya lanzaron comprimidos para ayudar a quienes enferman. Y dado que en Estados Unidos comenzó la vacunación de menores de 12 años, nuestro país se encamina a hacer algo similar con una población que, a pesar de ser la más resistente a las consecuencias de la enfermedad, ahora pasó a ser una de las más vulnerables al contagio.
En el exterior, además, autoridades como la ministra de Economía y su par de Ambiente, Adrián Peña, están en Glasgow en la cumbre de cambio climático. Uruguay emite gases de efecto invernadero “como loco”, dice Ramón Méndez, el ingeniero que lideró la transformación de la matriz energética hacia un modelo más amigable con el medio ambiente.
¿Qué ocurre? Se trata de una nueva vuelta de tuerca en el debate sobre el precio del combustible: Ancap está amortiguando la suba del precio al público de nafta y gasoil con la venta de combustible a UTE, que a su vez lo quema en viejas centrales y lo vende a Brasil en forma de energía eléctrica. Como dice nuestro editorial, nuestra ecología y nuestra economía están lejos de ir lo juntas que deberían.
El exterior cercano, es decir, la región, también devuelve un panorama complicado para Uruguay. Por la forma de relacionarse con sus vecinos, el país parece moverse como un elefante en un bazar, dice Marcelo Pereira en su análisis de las novedades en el Mercosur.
Hasta la semana que viene.