Buen día. Este es un repaso parcial de algunos temas que nos ocuparon esta semana.
La descompresión de la emergencia sanitaria no sólo permitió que otros temas ocuparan la agenda política, sino que, como ocurrió esta semana, ha “repartido” más parejamente la atención mediática entre iniciativas del oficialismo y de la oposición.
Así, en estos días vimos cómo el Frente Amplio acaparó la atención en por lo menos dos momentos. Uno de ellos, el jueves, fue absolutamente interno, ya que no sólo se materializó la esperada candidatura de Fernando Pereira a la presidencia frenteamplista, sino que también se confirmó la de Gonzalo Civila. De naturaleza y convocatoria muy distintas, ambos anuncios contribuyen a darle visibilidad y atractivo a los movimientos del Frente Amplio.
La oposición también consiguió marcar la agenda, y ahora con un tema externo, al presentar ante Fiscalía denuncias contra el exministro Germán Cardoso, al tiempo que la investigación parlamentaria sobre el tema sigue acumulando descrédito y se suman más detalles complejos sobre la gestión del ahora diputado en el Ministerio de Turismo.
Aunque ha tenido que ceder espacios, el gobierno también presentó iniciativas. El tema del tratado comercial con China, que sigue resonando en la agenda, fue alimentado ahora con la mención, por parte del canciller Bustillo, de un posible acuerdo con Japón, que ya había mencionado hace unos meses.
Otro tema que el gobierno busca instalar, el de la competitividad de Ancap, fue vuelto a mencionar por el presidente Luis Lacalle Pou. Aquí, sin embargo, la oposición también movió sus piezas, no directamente sino mostrando el caso de otra empresa pública, Antel, que ha tenido problemas en su servicio y a la que el gobierno parece estar perjudicando deliberadamente.
El futuro del Instituto de Colonización también le hace ganar espacios al oficialismo, pero en este caso, de manera perjudicial, ya que aparecieron varias fisuras en la coalición gobernante y aun dentro del propio Partido Nacional.
No es sencillo evaluar cómo fueron capitalizados el paro y la movilización del miércoles por parte del oficialismo y la oposición. Al parecer, Lacalle Pou creyó estar desactivando la legitimidad de la medida al señalar su carácter político, aunque la magnitud de la convocatoria, en el marco de la campaña para derogar parcialmente la LUC, no estaría indicando que el cálculo presidencial haya sido acertado.
Mientras tanto, miramos con preocupación la crisis que se desató en el gobierno argentino tras la derrota electoral del domingo pasado, entre otras cosas porque es imposible que si a Argentina le va mal, a Uruguay le vaya bien.