Como si se tratara del gato de Schrödinger, del que no se sabe si está vivo, muerto o las dos cosas, hasta el lunes, cuando Cabildo Abierto comunique si seguirá formando parte del bloque oficialista, no sabremos en qué estado está la coalición gobernante.

Sí sabemos cómo empezó este capítulo, el más extremo en la historia de divergencias que ha tenido el partido del general retirado Guido Manini Ríos con sus socios en el gobierno: una investigación de Radio Universal reveló que la ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial y esposa de Manini, Irene Moreira, le había facilitado la adjudicación de un apartamento a una militante de Cabildo Abierto, cuando habría correspondido que participara en un sorteo.

Las explicaciones de la ministra no convencieron y el presidente Luis Lacalle Pou decidió pedirle la renuncia. A Manini la decisión le pareció equivocada y lo dijo públicamente, por lo que Lacalle tuvo que reiterar su pedido.

Horas después, en un tono tanto o más desafiante que el de su esposo, Moreira aceptó la decisión presidencial y anunció que volverá al Senado.

Analizamos el episodio en nuestro editorial

Más allá de lo que decida Cabildo Abierto, la oposición, que se quedó con las ganas de interpelar a Moreira, estima que la actuación de la ahora exministra podría pasar a la Justicia.

Una imagen y mil palabras

Aunque estamos en mayo, la que Mara Quintana le tomó a Gustavo Penadés en un ascensor del Palacio Legislativo me parece la foto del año: capta el momento que atraviesa el senador nacionalista, que esta semana sumó nuevas acusaciones en su contra por parte de personas que afirman haber sido abusadas sexualmente por él cuando eran menores y que, tras la falta de apoyo de su propia bancada, debió salir del Senado con licencia.

Gustavo Penadés el 10 de abril, en el Palacio Legislativo.

Gustavo Penadés el 10 de abril, en el Palacio Legislativo.

Foto: Mara Quintero

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