En la noche del jueves, un hombre intentó asesinar a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Desde entonces, el hecho conmociona a la ciudadanía de ese país, y también tiene repercusiones en el nuestro.
El analista José Natanson, director de la edición Cono Sur Le Monde Diplomatique, escribió sobre el significado del magnicidio fallido en un contexto de polarización política e intolerancia discursiva que afecta a varias democracias de las Américas.
Podemos comprobar lo que dice Natanson hoy mismo en las redes sociales: mientras la mayoría de los dirigentes políticos de primer orden, en ambas márgenes del Río de la Plata, ha condenado el intento de asesinato, muchos de sus seguidores relativizan la seriedad del incidente, especialmente aquellos que ya discrepaban con lo que representa Cristina Fernández.
En ese sentido, el presidente Lacalle emitió un comunicado en la mañana del viernes, y lo siguieron otras figuras del gobierno.
El Frente Amplio había expresado su mensaje de condena al atentado y apoyo a la expresidenta argentina a los pocos minutos de ocurrido el intento de asesinato. La celeridad contrasta con la ausencia de una declaración conjunta de los grupos frenteamplistas sobre los problemas legales de la vicepresidenta, que algunos sectores habían comunicado días atrás; el cambio habla de la gravedad de lo ocurrido el jueves. (Si quieren matizar con una sonrisa esta situación tan sombría, comparen esta nota del portal argentino Infobae con el original de nuestro compañero Federico Laitano).
El viernes fue declarado feriado en Argentina por el presidente Alberto Fernández y hubo una multitudinaria demostración de apoyo a la vicepresidenta, que fue cubierta por Ana Fornaro para la diaria. La intención del presidente argentino era dedicar la jornada a la reflexión sobre lo ocurrido, aunque seguramente tendremos que esperar un tiempo para entender qué abre o qué cierra este episodio de violencia política.
Mitad de período
El miércoles se cumplió la mitad del período del actual gobierno. La administración de Lacalle hijo merece más comentarios críticos de dirigentes políticos (y no necesariamente opositores) que de algunos politólogos, si tomamos como muestra esta miniencuesta de Ignacio Martínez y este informe de Enzo Adinolfi.
En nuestro editorial, un análisis de este año y medio de gobierno de la “coalición multicolor”, y en esta nota, un chequeo promesa a promesa de lo que se había anunciado en la campaña de 2019.
Otras cosas que pasaron, y algunas lecturas recomendadas
El jueves, un poco antes de que ocurriera el intento de magnicidio en Buenos Aires, aquí, en el Cerro de Montevideo, rompieron un vidrio de la camioneta en la que Robert Silva, presidente del Codicen, se retiraba de una charla sobre reforma educativa.
El miércoles renunció el “número tres” del Ministerio del Interior, Luis Calabria. La salida se da en un contexto de fuertes cuestionamientos a la política de seguridad pública y de un ataque del oficialismo hacia el senador opositor Charles Carrera, que era uno de los principales críticos de la gestión actual, por lo que tiene mucho de “efecto boomerang”.
Todo esto había hecho perder notoriedad al “caso Marset”, pero el miércoles la Fiscalía decidió investigar la entrega de un pasaporte uruguayo al narcotraficante.
El lunes murió Mijail Gorbachov. Les recomiendo estos seis parrafitos veloces de Marcelo Pereira.
Bajó la nafta, pero subió la leche.
Un 30% de los pequeños productores agrícolas estaría dispuesto a acercarse a la agroecología.
Aunque en esta entrevista no lo dice con esas palabras, vale la pena repasar la teoría del diputado Gustavo Olmos sobre el “derrame hacia arriba”.
Hoy los chilenos deciden si quieren tener una nueva constitución