Deporte
Un nuevo desmoronamiento, una profunda baja de tensión y de atención en el juego generaron la derrota de Peñarol en el estadio Monumental José Fierro de Tucumán ante el Atlético local, y su derrumbe en la Copa Libertadores. No pudo, y casi se podría decir, después de verlo, que no podría haber podido, ni siquiera ante el mediano juego de ayer de los argentinos. Por lo tanto, ni bien quedó en desventaja se desplomó, y ya no sólo no pudo sostener la ilusión ni su juego de regular para abajo, sino que quedó casi inmóvil, sin respuesta, sin clasificación, y casi casi sin nada. Dependerá de si hoy pierden los bolivianos de Jorge Wilstermann, que jugarán como locales en Cochabamba con Palmeiras, para que los carboneros jueguen por algo el último partido del grupo de locales con los rojos bolivianos. Ese algo sería poder seguir en competencia internacional, reenganchándose en la Sudamericana.